lunes, 10 de agosto de 2009

El olfato en nuestras rehalas.

LA IMPORTANCIA DEL OLFATO EN EL PERRO DE REHALA.

Los perros tienen en el olfato su sentido más desarrollado, el numero de cedulas olfativas supera ampliamente a la de los humanos tienen más de 200 millones frente a los 5 a 10 millones de las nuestras, por lo tanto son capaces de distinguir olores por tenues que estos sean o que su intensidad sea muy leve, ellos los identifican y seleccionan aunque estén camuflados por otros de superior intensidad, por eso los perros son seleccionados y adiestrados para la localización de personas ,drogas y explosivos, siendo capaces de detectarlos en condiciones difíciles de tiempo del rastro, climatológicas o de camuflaje, que en ocasiones pensamos de imposible resolución.

Es posible que el olfato sea el primero de los sentidos que desarrollaron los seres vivos en la colonización del planeta, las plantas primigenias utilizaban partículas olorosas para atraer a los insectos y que esparcieran el polen necesario para su distribución, los insectos a su vez trasmiten feromonas para posibilitar sus apareamientos a muchos Kilómetros de distancia, los peces reconocen a través de las partículas depositadas en el agua los lugares de nacimiento y vuelven a ellos para criar a sus nuevas generaciones, así mismo los mamíferos desarrollaron su olfato para localizar sus presas en el caso de los carnívoros como para huir de ellas en el caso de las presas.

Es difícil que entendamos el verdadero desarrollo de la potencia olfativa de los perros, la superficie que el hombre destina para ello es de unos 15 cm cuadrados y en el perro es de unos 200 cm cuadrados, y en el caso de los sabuesos de unos 250 cm cuadrados, esta potencia olfativa se explica también por el numero de cilios que tenemos por cedula en el hombre es de unas 8 y el perro tiene entre 125 a 160 cilios, este desarrollo va en relación también con el tamaño del cerebro en el perro existe una relación del 10% y en el hombre de 0,30%.

Esto nos tiene que llegar a comprender que si para los humanos el gusto es nuestra arma para la alimentación en el perro es el olfato, por eso la comida tiene un papel preponderante en nuestra cultura y en el perro engulle los alimentos sin importarle demasiado el sabor, siendo capaz de alimentarse de cualquier cosa que le proporcione la suficiente energía aunque su sabor sea cuando menos repugnante.

En nuestro caso para que nuestros compañeros en la caza tengan su capacidad olfativa en perfecto uso deben de tener unas condiciones que destacamos a continuación.

1. Evitar contacto con cualquier patología que afecten a nuestros animales en su potencia olfatoria tales como Rinitis alérgicas o infecciosas, que provocan una alteración de la membrana olfatoria, aislando al animal enfermo.

2. Evitar las sustancias irritantes en el aire, es frecuente que tengan contacto directo con sustancias industriales o de origen animal con alto contenido en amoniaco, se produce una gran irritación del trigémino en la cavidad interior de la nariz, produciéndose el estornudo para protegerse.

3. Evitar que la perrera tenga el ambiente demasiado seco, caliente o con polvo, se produce una excesiva evaporación de la mucosa, impidiendo al perro atrapar las sustancias volátiles contenidas en el aire.

4. En perreras con poca higiene o que tengan los perros expuestos a un olor fuerte y continuado, se desencadena un proceso de acostumbramiento provocando que el perro pierda capacidad.

5. Evitar la permanencia de perros encerrados sin contacto desde pequeños con el exterior, no desarrollan la suficiente capacidad de análisis con el ejercicio de su nariz, desconocerán olores que otros perros reconocerán de inmediato, y no podrán archivar en su cerebro el significado de los mismos.

6. La higiene y la desinfección de las perreras hay que extremarla, dotando además la los animales de camas secas libres de corrientes de aire.

7. Esconder a los cachorros golosinas o el propio alimento para que estimulen sus sentidos.

8. Retirar siempre restos de comida de las perreras, cuidado con los aerosoles con y utilizarlos lejos de las vías respiratorias.

9. Los parques de ejercicio, las salidas desde cachorros, son necesarias si queremos que el perro rinda en jornadas cinegéticas, puede tener mucha raza y ser pobre de nariz no por el perro en sí, sino por el pobre ejercicio que de este sentido a realizado desde cachorro.

Es un error frecuente que a diario vemos en los perros de ciudad, que el propietario aparta al animal cuando este olfatea a otro congénere o sitios donde otros animales han depositado marcas, o bien siguiendo su instinto busca emanaciones desconocidas por él, cuando el perro olfatea interrumpe su ciclo de respiración normal, produce remolinos de aire en el interior de su cavidad nasal, para recopilar información, todos y cada uno de los olores tiene que ser reconocido y archivado en la memoria de su cerebro desarrollándola, así cuando se vuelve a encontrar con un olor reconocido, lo procesa de inmediato y reconoce su procedencia.

En los perros de rehala la necesidad del aprendizaje de los cachorros en contacto directo con su medio no siempre es posible, disponer de amplios parques de suelta y entrenamiento es privilegio de unos pocos, y sin además les damos la oportunidad de juego con las piezas de caza o al menos sus olores tendremos ganado y avanzado mucho en su educación y valía, por desgracia pocas rehalas pueden cazar en buenas manchas y sus perros tener la oportunidad de abatir y encarnarse en piezas que les garantizasen el ejercicio de sus estímulos.

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